domingo, 12 de agosto de 2007

La Soledad es...

...Estar rodeado de gente y pensar sólo en la que falta.

Eso dicen.
Cuando era pequeña siempre creí que mantendría mis mejores amigos hasta el final. Al menos, la más importante de ellos. El colegio y el instituto fueron épocas duras para mí. La crueldad de los niños, las primeras decepciones, las primeras grandes pérdidas de cosas que te importan. Para darme ánimos siempre trataba de pensar que cuando me hiciese mayor todo eso cambiaría. Que cuando eres mayor ya no tienes que aguantar las tonterías que tanto duelen. Durante un tiempo fue así. Durante un tiempo era feliz así.

Pero nada dura. Si algo me ha enseñado mi vida es que todo es pasajero. Todo. No hay nada que dure para siempre por mucho que nos empeñemos. Volví a quedarme sola después de mucho tiempo. Volvieron las niñerías de patio de colegio donde unos se dejan de hablar a otros, donde las cosas no se solucionan hablando, donde "yo me enfado contigo porque has sido mala con mi amigo". Me agota, la verdad. Me agota la inmadurez de algunos y algunas. A lo mejor es que yo era madura antes de lo que me tocaba. De hecho ahora noto una regresión. A veces me sorprendo actuando o hablando como una niña. Puede parecer tierno. Yo creo que es un síntoma de involución personal.

He cambiado tanto que casi no me reconozco. Nunca he sido especialmente extrovertida pero una vez pasada la fase de "rotura de hielo" siempre he creído que soy una persona cariñosa, buena amiga aunque me hayan acusado de lo contrario. Como me ha dicho hoy mi ángel de la guarda, siempre he creído que tenía cosas buenas que ofrecer a los demás.

De un tiempo a esta parte todo ha pasado del blanco al negro. Diametralmente opuesto. Me siento sola. Es como estoy en realidad porque salvo dos personas, nadie más comparte mi vida de cerca. Y esas dos personas no pueden verse entre ellas. Esas dos personas son parte de la maraña que he hecho con los hilos de mi vida. Yo les he puesto donde están y cada vez me doy más cuenta de que no tendría que haber tocado nada. Que todo estaba bien como estaba.

Me siento sola porque a una de esas personas no la dejo entrar por completo en mi vida, le oculto cosas, le oculto mi estado de ánimo, mis verdaderas preocupaciones y miedos y encima le castigo diciendo que no me entiende. Más bien no dejo que me entienda, soy consciente, y reticente a cambiarlo.
Me siento sola porque la otra persona no es una persona en mi vida. Era mi vida entera hasta hace bien poco. Era mi amigo, mi compañero, mi verdadero primer amor. Mi futuro. No ha dejado de ser ninguna de esas cosas, pero le alejé de mi lado. Me he preguntado tantas veces si hice bien... Pero no puedo decírselo. Ahora se empieza a elevar suavemente (como él dice) y no quiero volver a hacerle daño, no quiero que tenga más dudas ni sufrimiento. Se merece todas las cosas que quise darle y no pude. Sólo espero que me deje estar a su lado toda la vida para cerciorarme de que está bien. De que es feliz.

Hace mucho tiempo que yo no me siento feliz. Y en esta racha de lágrimas y tristeza que ya dura más tiempo del que esperaba no consigo ver un poquito de luz en el camino. Lloro de buenas a primeras, vuelvo a no dormir por las noches, sigo dando vueltas y más vueltas a mi futuro incierto, al que tengo miedo de ir a buscar. Intento evitar las balas que dañen mi coraza ya bastante destruída con el paso del tiempo. Casi no me quedan ganas.

Me gustaría levantar un día los ojos del suelo, que ya lo tengo muy visto. Y encontrar de nuevo la razón que una vez me impulsó a cambiar radicalmente mi vida y comenzar otra nueva. No necesito que sea la vida perfecta. Me conformo con que no me dé asco levantarme cada mañana. Ya no aspiro a la felicidad que hacía brillar mis ojos y que me mantenía las mariposas en el estómago. Me conformo con no sentirme inútil y desgraciada.

Me basta con no necesitar agachar la cabeza nunca más.

No hay comentarios: