jueves, 6 de marzo de 2008

Tres días

Ese es el tiempo que hace que no nos vemos. Y lo siento. Pero no te echo tanto de menos como debería. Estoy disgustada y decepcionada contigo. Supongo que has perdido la paciencia como decías esta mañana. No veo tantas ganas de verme como decías esta tarde. Ninguna ilusión. Esto se va a acabar.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Sin saber

Sin saber qué hacer ni dónde ir. Todos los días levantándome de la cama sin nada que me anime, que me motive, que me ilusione. SIn ganas de mirarme en el espejo y empezar un nuevo día porque sé cómo va a a terminar. Igual que terminan todos. Triste y sola. Encerrada en mi habitación que se ha convertido en todo mi mundo. El único sitio donde más o menos me siento a salvo. Todo lo demás me agrede, me hace daño y me hace sentir desplazada.

Que por qué estamos con malos rollos. Pues porque ganan al buen rollo. Porque odio mi vida, me odio a mí misma, odio lo que soy y lo que nunca voy a ser. Me siento sola y perdida, decepcionada, inútil y he llegado a cansarme a mí mima. En este estado no puedo hacer feliz a nadie porque no estoy bien, no estoy contenta conmigo misma. Cómo pretender que quiera a alguien si a mí misma no me puedo soportar. Siempre triste, alicaída, con cara de pena. Llorando en el momento más inesperado, sin saber por qué. Anclada en unos recuerdos que vienen hacia mí en lugar de alejarse, y que me matan. Sin confianza, sin amigos, sin ánimo, con una persona al lado que me hizo tanto daño que no lo puedo terminar de perdonar y con otra a la que yo hice tanto daño que no me puedo perdonar a mí misma.

Qué clase de vida esta, en la que todo me parecen penas. En la que los días pasan, no volverán, me hago más mayor pero no más sabia, ni sé afrontar las cosas mejor, ni me quiero ni me respeto ni nada de nada. Y me pregunto por qué me creo con derecho de tener esta vida que no estoy disfrutando. Una vida que ya no me interesa tener. Una vida que regalaría a alguien que quisiera vivirla al máximo, como debe ser. Y en mi desdicha no estoy sola porque sin quererlo arrastro a una persona que ha cometido el tremendo error de querer tenerme al lado. Y no sé qué hacer, supongo que tarde o temprano la situación explotará por algún sitio. A lo mejor inconscientemente me hago un boicot a mí misma y a mi relación para no tener que dar yo el paso, para no admitir mi error, para no admitir que no tendría que haber seguido adelante y que tendría que haberme marchado de una vez, lejos de todo y de todos, y pasar mi inútil tiempo consumiéndome frente a un mar que no tiene memoria y que no me juzga. Ante el que puedo llorar sin vergüenza y vomitar todo lo que llevo dentro. Quisiera desaparecer en ese mar y que el mundo olvide que he pasado por aquí para nada. Que se olvide mi triste intervención en esta vida, que no ha aportado más que desgracias a los que me rodean y pena a mi corazón.

No puedo seguir llorando, ni lamentarme más por lo que siempre creí que sería y lo que jamás seré. No quiero tener que enfrentarme a ello cada mañana. El corazón ya no se me puede romper más, sólo le queda pararse y dejar de sufrir. Cuando esa idea pasa por la mente de una persona es que ha llegado al límite de sus posibilidades, es cuando ya nada importa, cuando crees que sólo muriéndote es cuando vas a descansar de una vez. Pero ni para eso tengo valor suficiente. Como para nada. Nunca he tenido valor para nada, siempre he salido huyendo de todas partes y estoy cansada de correr. Ojalá no pudiese sentir igual que hay gente que no puede ver, o hablar. No sirve para nada. Los sentimientos no sirven para nada.

martes, 4 de marzo de 2008

Me echo de menos

Extraño los días en los que mi mayor preocupación era que no le gustaba a un chico, o que tenía un examen de matemáticas, o si iba a salir el siguiente fin de semana o no. Echo de menos cómo era entonces, cómo era en mi mejor época, cuando la vida parecía sonreirme y yo lo afrontaba todo con ilusión.

Hace mucho tiempo que ya no soy así. Me he cansado de la vida que me ha todaco vivir. Me he cansado de mí misma y de mis errores y no tengo ilusión por nada. No aspiro a nada. No tengo nada. Y cada vez me importa menos. Me pregunto si algún día me importará tan poco como para que tampoco tenga problema en dejar este mundo. Cuando no le encuentras el sentido a tu vida, ¿de qué sirve vivirla? A mí sólo me trae tristeza, amargura, soledad. Añoranza de los tiempos mejores y desesperanza por los que vienen. No tengo ganas de luchar por nada, ¿por qué habría de quedarme?

Cada día me importa un poco menos desaparecer, que se borren mis huellas endebles en este mundo y que otra persona con ganas de vivir ocupe mi lugar aquí. La vida es bonita cuando tienes ilusión por ella. Cuando se te ha terminado, ¿qué sentido tiene?