jueves, 26 de julio de 2007

Hoy no

Hoy nada importa: trabajo, estudios, familia, amigos inexsistentes...

Todo pierde su importancia porque han vuelto. Creía que estaban mucho más lejos pero en realidad creo que no se han ido nunca. Estaban acechándome, esperando el momento de más debilidad para atacarme en mi propio terreno.

Volví a sentir por un momento. Era suave y delicado. Perfecto. Contradictorio.

No digas nada.

Pero... ¿no sientas nada?... No sé cómo se hace eso. ¿Cómo se obvian casi tres años de tu vida? Los más felices que he conocido...

No quiero obviar nada.

Quisiera no buscarle un significado pero inconscientemente lo hago. Todo tiene un significado, queramos verlo o no.


Ahora me queda convencer al corazón. Pero cómo le digo al que tanto ha luchado que late día y noche por cosas que he abandonado


lunes, 23 de julio de 2007

A Merced de las Olas



Tomando veneno pa cruzar el mar

dieron mis huesos contra un temporal

y estuve algún tiempo a merced de las olas

anduve sin frenos por caminos sin almas

baje al infierno a mojar en su salsa

y me adentre en el lado salvaje

y emprendí un viaje hacia lo desconocido

rulé por parajes donde lo prohibido

ofrece masajes que alivian y rompen

y abrí muchas puertas, las pasé muy putas

buscaba respuestas y hallé más preguntas

durmiendo a la sombra de mi sinrazón

y perdí los papeles, el buen camino

perdí la vergüenza y medio sentido

y entre en la conciencia de la locura

con cierta ternura maté mis miedos

engrasé mi armadura y mi cerebro

y bebí en la fuente de la tristeza

y pieza a pieza fabriqué mi mundo

asumí consecuencias y eché a rodar

entre flores risueñas del bien y del mal

no paré quieto en rama verde,

pa ir a otro sitio a veces no necesito ni siquiera moverme

soy perro viejo, gato escaldao

yo me manejo, me ensucio y me lavo

y no doy consejos ni los regalo

y aunque he mentido no me he engañado

conocí al diablo y le robe su alma

yo soy mi enemigo y estoy de mi lado

y aún se desnudarme con la palabra

y perdí los papeles, el buen camino

perdí la vergüenza y medio sentido

y entre en la conciencia de la locura

con cierta ternura maté mis miedos

engrasé mi armadura y mi cerebro

y bebí en la fuente de la tristeza

y pieza a pieza fabriqué mi mundo

asumí consecuencias y eché a rodar

entre flores risueñas del bien y del mal

no paré quieto en rama verde,

pa ir a otro sitio a veces no necesito ni siquiera moverme

soy perro viejo, gato escaldao

yo me manejo, me ensucio y me lavo

y no doy consejos ni los regalo

que no vendo sueños ni flores en ramos

que yo soy mi dueño, que yo soy mi esclavo

A merced de las olas en mi barco de papel (3)

A merced de las olas, de las olas a merced.

domingo, 22 de julio de 2007

Estamos bien, ¿no?

Eso creo. Después de una semana un poco tonta en la playa, el reencuentro ha estado bastante bien. Nos hemos reído, jugado, paseado... vida tranquila la que llevamos últimamente.

Otro viaje está en ciernes. Creo que nunca había salido tantas veces de mi casa en un periodo tan corto de tiempo. Me da qué pensar. Tal vez sólo esté huyendo aunque en realidad sé que tengo una cuerda atada a la cintura que tira de mí para llevarme de nuevo al mismo sitio. Pero, ¿quiero de verdad volver al mismo sitio?

"Tienes que convencer a Laura de que haga Realización"

"Yo creo que te gustaría más que Imagen"

Sería lo mismo que estaría diciéndole yo a alguien en mi situación. Pero no sabría realmente lo que piensa o siente. Y es lo más importante de todo. La empatía, tratar de ponerte en el lugar de alguien y sentir su misma angustia y miedo.

Sé que doy mucho el coñazo. Sé que en general soy miedosa e indecisa. Pero es que nunca me había sentido así, como si todo yo fuese un interrogante. No sé responder a nada de lo que me preguntan. Qué cansancio me produzco.

Qué harta estoy de no saber a dónde voy...



"Paren el mundo que me quiero bajar"

De Vuelta a la Realidad

Aunque en verdad no la dejé del todo. Me marché con la familia a descansar, a bañarme en el mar, a desconectar...y me duró apenas dos días. El resto de mi vida me persiguió hasta allí. Casi sin darme cuenta estaba de nuevo pensando en todas las cosas que quise dejar aquí. Me fui bastante tranquila y segura de mí misma y de lo que aquí dejaba y me entró de nuevo el pánico, el miedo, la duda y el consiguiente malestar para mí y para los demás. He estado ausente, pensativa, poco comunicativa y eso que casi no veo a mi familia. Pero no lo puedo evitar.

Escucho cada día los problemas de mi prima pequeña y me creo con derecho a aconsejar cuando algunos de los míos son muy similares y yo no hago caso de mis propios consejos.

Haz lo que yo diga, no lo que yo haga.

Se acerca el momento en que la toma de una decisión será inevitable y no la tomaré porque realmente quiera sino porque estaré obligada a ello. A veces pienso que no me queda otra opción que volver a estudiar. Aunque mi abandono es un secreto a gritos, se supone que este año empiezo segundo y no es verdad. Y no tengo valor de contarle a mi padre que otra vez he vuelto a fracasar, que otra vez he abandonado. Que su primer pensamiento se ha cumplido.

Me imagino constantemente volviendo a clase el próximo curso. A veces con ganas y a veces no. A veces pienso que sí puedo sacar fuerzas, que sí tengo ideas, que puedo sacarlo adelante. Otras no, como de costumbre. Estoy cansada de mí misma y ya no quiero atosigar a nadie con mis cosas. Ya no quiero hablar de esto con nadie. Ya estoy harta de que tengan que soportarme porque si a mí misma me parezco pesada no quiero ni imaginar lo que le parezco a los demás.

Puerta Bonita.

Realización.

Prácticas.

Piezas.

Programas.

Exámenes.

Montaje.

Palabras y palabras que pasan por mi cabeza. Volver al instituto con las orejas gachas y explicando, si es que alguien quiere saberlo, por qué me marché a medio curso. Y explicar por qué vulevo, si vuelvo con ganas...Cómo voy a explicar lo que no sé.

"El módulo te encanta o te come" me dijo mi amiga Ana un día. Y razón no le falta. A ella también le comió pero sabiendo que saltaba a otra cosa para la que tiene muchas aptitudes. Tan joven y tan segura de sí misma en algunos aspectos.

Últimamente, cuando pienso en el módulo, intento que la ansiedad no me sobrepase. Intento encontrar las ganas que tenía, por ejemplo, de hacer el curso de Avid. Aunque no hay comparación posible, claro, pero bueno. Intento situarme ya allí y pensar cómo sería mi vida volviendo, cómo me plantearía en curso, cómo intentaría que fuera mi relación con los compañeros, cómo afrontaría el día a día, las prácticas, los trabajos... Supongo que sería de mucha ayuda tener a gente que ya ha pasado por eso. Sé que me ayudarían en lo que fuera. Ojalá no me comparase con ellos continuamente. Ojalá fuese capaz de comprender que cada uno es como es y que tal vez no sería tan buena montando, o realizando, o en multimedia como ellos pero que también hay un hueco para mí allí. Que siempre puede haber un hueco para alguien con ganas de aprender y de trabajar. Sólo necesito encontrar esas ganas otra vez.

Necesito encontrar el empuje que otras veces, también en situaciones emocionales difíciles, me ha ayudado a sacar mis responsabilidades adelante. Mi último año de carrera fue un infierno para mí y sin embargo, lo acabé. ¿Por qué no iba a poder hacerlo otra vez? A la primera no pude. Tener a todos los implicados en esa movida en mi mismo espacio me superó. Pero ellos ahora no están. Quizá la segunda oportunidad sea la idónea. Sin distracciones, sin que encontrarme con unos u otros por los pasillos me haga tener que irme al servicio a llorar.

Necesito ponerme una meta en mi vida o mi vida acabará conmigo.

domingo, 8 de julio de 2007

Sólo hasta la semana que viene.





jueves, 5 de julio de 2007

En boca cerrada...

...no entran moscas.

Eso dice el refrán. Parece que lo mío no es acertar con las palabras. Cada cierto tiempo digo o hago algo que te hace sentir mal, que te "da qué pensar", como acabas de decirme. Tengo miedo a veces de hablar contigo porque no sé cuál va a ser la reacción. Me asusta que no sea buena, que te haga daño, o que te siente mal.

Por ese motivo me dan tantas ganas de no hablar de nada de lo que se me pasa la cabeza. No hace falta que yo te lo diga, sabes de sobra que no estoy del todo bien y empiezo a dudar seriamente que vaya a estarlo alguna vez. Todo son problemas; pequeños, pero problemas al fin y al cabo que minan nuestra paciencia. Por lo menos a mí me pasa así. Estoy cansada de "vigilar" lo que digo, de hablar con miedo, de pensar y no querer o, más bien, temer abrir la boca. ¿Que te da qué pensar? ¿Que parece que retrocedemos? De verdad que no sé lo que esperas de mí, no sé que se espera que haga. Estoy harta de sentirme tan perdida, tan confusa...tan sola a veces.

Sólo intento tirar para delante. Siento hacerlo todo mal.

miércoles, 4 de julio de 2007

Indecisión, no indiferencia

A veces creo que la gente confunde los dos términos en lo que a mí se refiere. Pocas cosas me producen indiferencia. De hecho, a veces preferiría que así fuera. Pero en contadas ocasiones las situaciones me pasan de largo sin causarme ningún sentimiento. Puden ser cosas más o menos importantes, inducirme a pensar más o menos sobre ellas, pero siempre les dedico un rato.

Cómo no, hay algunas que requieren la mayoría de mi atención, casi la totalidad de mis pensamientos. Es agotador no poder quitarse de la cabeza ciertas cosas, dudas, inseguridades.

Sé que no lo he intentado con todas mis fuerzas pero creo que cuando traté de explicártelo lo dejé entrever. No sólo se trata de la angustia de no tener trabajo, no ver un futuro, no saber si estudiar o no... Se trata de sentir que soy capaz para hacer aquello que me apetece. Sentir que aunque pueda ser duro, voy a superarlo, voy a salir adelante y además, sobre todo, que voy a valer para ello.

Para mí es muy duro compararme con la gente que conozco y que poco a poco han encontrado aquello que les motiva, les gusta, les fascina...aquello para lo que sirven. Yo aún no. Hay cosas que me gustaría hacer. Me hubiera gustado sentir que valía para el módulo de imagen. Me gustaría saber ahora que soy capaz de hacer realización, cosa que de verdad me apetece. Me gustaría saber que puedo ser buena en lo quiero hacer.

Pero no lo siento, y el miedo a un nuevo fracaso es más aterrador cada vez que siento dudas. Más intimidante a medida que se acerca el momento de decidir. A veces sólo quiero dejarlo pasar. Me evado pensando que no hace falta que decida nada, que puedo quedarme como estoy. Pero me dura muy poco. Segundos apenas porque acto seguido vuelvo a tener esa sensación en el estómago. La frustración, la inseguridad, no sentirme útil ni capaz para nada.

Es más que sencillo decir "yo también pasé por eso y lo superé, lo encontré". He creído encontrarlo tantas veces que ya no me quedan ganas de tentar a la suerte otra vez por si me vuelve a salir mal.

Me gusta cuando me decís que sí creéis que puedo hacerlo, que confiáis en mis posibilidades. Pero las comparaciones son inevitables. Vosotros, tan encaminados ya en vuestro futuro, siendo muy buenos en lo que hacéis...¿dónde voy yo? No creo que puediera dejar de compararme nunca. Es más tensión de la que puedo soportar en estos momentos.

Ojalá fuera un poco más como antes. Ojalá esta serie de acontecimientos no me hubiera devorado ferozmente. Ahora no me siento con ganas ni con fuerzas. Ya no.

Pero, sobre todas las cosas, he perdido la confianza en mis posibilidades de éxito.

He perdido la confianza en mí misma.

Me he perdido.

lunes, 2 de julio de 2007

Ya Pasó

Ya pasó mi fin de semana de desconexión terrenal y ha sido volver y estar inmersa otra vez en todas mis meditaciones, en las que me angustian, me consumen...una y otra vez.

No sé qué voy a hacer.