viernes, 8 de enero de 2010

Una Kasa Okupada es una Kasa Enkantada

Querida Arcadia espero no te parezca que copio tu post. He pasado por tu blog y me han dado ganas de escribir algo sobre el tema, siempre desde mi humilde conocimiento.

Hace un tiempo, para grabar una pieza de una práctica para mi clase de Realización, quise abordar, de forma escueta porque no me permitían más, el tema de la okupación. Era un vídeo muy sencillo en el que tan solo pretendía recoger la esencia de lo que es un centro okupado, lo que hacen, para quién lo hacen.

Quise ir al Patio Maravillas pero no fue posible, creo recordar que no estaban demasiado receptivos en ese momento porque tenían la espada de Damocles sobre sus cabezas. Planeaba hacía tiempo el rumor de que el desalojo podía llegar pronto y no querían arriesgarse. Lo mismo con la casa de la calle Atocha. Totalmente comprensible.

Nunca podré agradecer lo suficiente la colaboración de La Fabrika de Sueños y de la Escuela Taller para este proyecto. Gracias a ellos he podido ver por una rendijita la estupenda y enriquecedora aportación de estos centros a la sociedad, aunque mucha gente no quiera ver más que un grupo de punkis o de "perroflautas", como se oye mucho por la calle, apiñándose para hacer ruido y coger borracheras.

Los centros sociales okupados parten, prácticamente siempre y no generalizo porque no está bien generalizar sobre lo que no se conoce con profundidad; de una idea de progreso, de cambio, de mejora. Luchan por nutrir el entorno en el que se establecen. Música, talleres de idiomas para inmigrantes, pintura, deportes, expresión audiovisual,hobbies. Para grandes y pequeños, para hombres y mujeres, para personas, en definitiva.

¿Por qué todavía pagan justos por pecadores? ¿Por qué todavía importa tanto que un espacio abandonado y echado a perder sea okupado con un fin positivo?

Aparte de eso, me sorprende cómo aún pueden sorprenderme los medios de comunicación en este país. Hace unos meses se hablaba de la "tremenda situación que deben soportar los vecinos del madrileño barrio de Malasaña" debido a que la gente que acude a los conciertos del Patio Maravillas se queda en la calle hasta altas horas de la mañana y deja todo hecho un asco. Sin embargo, el otro día, a la noticia del desalojo le faltaba un colchón musical lacrimógeno para parecer un documental elaborado por los reporteros de T5. ¿Cómo pueden contradecirse tanto? ¿Cómo las mismas personas pasan en unos meses de ser unos escandalosos a ser pacíficos okupas que realizaban actividades estupendas en el barrio y que, desgraciadamente, han tenido que desalojar?

Es cargante hasta la náusea cómo cuentan lo que quieren y cómo la gente parece tener memoria de pez para estas y otras tantas cosas.

Como me dijo Albano, de La Fábrika de Sueños, en la entrevista que le hice para mi vídeo y que, de hecho, cerraba esa pieza, "para nosotros un desalojo no es el final. Si nos echan de aquí, iremos a otro lado".

Eso espero, aguantad, resistid, porque no hay desalojos que puedan acabar con el torrente de riqueza humana que sale de gente como vosotros.

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