martes, 26 de enero de 2010

Hacerse mayor

No han sido ni una vez ni dos las ocasiones en las que he perdido horas de sueño sumida en llanto al pensar en el paso imparable del tiempo. Darme cuenta en esos momentos de que no estaré aquí eternamente, que no seré como soy ahora eternamente, que envejeceré y moriré. Me da miedo la muerte, y no es algo contra lo que, de momento, pueda luchar.

Últimamente tengo la sensación de que los años pasan cada vez más deprisa y, sobre todo, que me siento más mayor que nunca. Tal vez tenga que ver el hecho de que desde hace un par de años me rodeo con gente varios años más joven que yo y echo de menos ese tiempo que nos separa, que tan a menudo me da la sensación de que he desaprovechado.

Intento que esos pensamientos no me invadan demasiado a menudo porque, como digo, les tengo miedo, me impiden dormir y me hacen llorar desconsoladamente. Sé que no soy la única persona a la que le pasa pero en esos momentos me siento irremediablemente sola, desamparada, vulnerable.

Sé que la melancolía que siento ahora no será en exceso duradera. Nunca suele serlo; pero a medida que pasa el tiempo me cuesta más afrontar estos momentos y asomar de nuevo la cabeza al mundo que me rodea. Acostumbro a retraerme mucho más de lo habitual, paso los días más pensativa y triste y pierdo las ganas de salir o hacer cosas.

Me extraña incluso que me hayan dado ganas de escribir, dado que ni siquiera lo hago con regularidad en las etapas más álgidas de mi estado de ánimo. Creo que necesitaba desahogarme un poco al principio de esta larga noche que me espera en vela, como tantas en estos últimos días. Me supera no ser capaz de conciliar el sueño por más que intente cansarme a lo largo del día. Quizá el nerviosismo de no saber si conseguiré descansar o no me hace propensa a la segunda opción. A lo mejor debería entregarme al humo de contrabando, como dice mi mejor amigo y una estupenda canción, y esperar que sus efectos anulen mis neuronas y me hagan caer rendida.

Quizá sólo necesitaba escupir un poco de todo lo que llevo dentro y, con suerte, encontrar por esta red que tantas personas conecta y une alguien con una simple palabra de aliento que me haga sentirme menos alicaída y un poco menos sola.


No hay comentarios: