Ojalá no sintiese que todo va a devorarme otra vez. Ojalá ver el trabajo de los alumnos del año pasado no me hiciese sentir que yo no voy a ser capaz de hacer todo eso. Pero lo siento. De repente me quedo sin fuerzas y sólo con ganas de llorar ante la angustia que me crea. De repente no estoy bien, no tengo ilusión por comenzar ni creo que vaya a poder hacerlo. Todo el tiempo invertido en tratar de poner una tirita a mi autoestima echado a perder en un día. Un puto día. Y esto no ha hecho más que empezar. Y ya no hay vuelta atrás, esto hay que empezarlo y terminarlo como sea.
Pero la perspectiva es ahora muy distinta. La perspectiva es de condena, de cumplir por obligación, de demostrar que puedo aprobar sin aprender, que NUNCA seré una profesional de imagen y sonido igual que no llegué a serlo con la Fisioterapia. Que nunca llegaré a ser profesional en nada. Tengo tanto miedo al fracaso que otra vez vuelan ideas de mi cabeza, ideas que me llevan en mi imaginación a viajar y a establecerme en otra ciudad, otro país, donde empezar de cero signifique algo distinto a lo que significa aquí. No hay futuro ni paz para mí aquí, mientras veo como la vida que tenía muere definitivamente y no nace una nueva que me dé ilusión, calma, proyectos y estabilidad.
Esto ha empezado peor que mal.

Quiero volar hasta mi lugar seguro y allí sentirme lejos y a salvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario