Quedan 21 días para mi cumpleaños. El año pasado ya me apetecía poco que llegara por toda la movida que tenía encima. Y sin darme cuenta ha pasado otro año, aquí está otra vez, y tengo menos ganas aún si cabe. No me hace ninguna ilusión cumplir años y hoy, cuando lo he mencionado delante de Dani, se ha quedado con cara rara. Como si no entendiese por qué lo digo.
Desde que no estamos juntos parece que él se ha reencontrado con su juventud, aquella que él también creía haber perdido. Y yo estoy como él hace año y medio. Son sólo 26, ya ves tú qué tontería, en la flor de la vida, se supone. Pero todas las cosas que quería hacer antes ya no me interesan. Anoche, en una conversación un tanto surrealista con Sergio, de nombres de personas, de los nombres de mis hijos...mucha coña hablando de que los hijos no los voy a tener con él, etc. No es eso, es que desde que Dani y yo lo dejamos ya no me planteo tener hijos, ni con Sergio ni con nadie. Igual que se me despertó y aceleró el reloj biológico, ahora se le ha gastado la pila. Es como si con mi ruptura se hubiesen ido las ilusiones por formar una familia. Como si en mi subconsciente supiera que Dani es el único padre que querría para mis hijos. Y qué injusto es eso para Sergio cuando lo pienso fríamente.
Estoy como hace unos meses, cuando le dije a Sergio que no estábamos en el mismo punto. Que él esperaba cosas de mí que no iban a pasar, que yo iba a otro ritmo. Y sigo yendo a otro ritmo. Siento que él se entrega mucho más que yo a esta relación, que piensa a largo plazo aunque diga que no porque, como me dijo una vez, en ocasiones piensa que ha encontrado una persona con la que le gustaría pasar la vida. Supongo que eso es lo que una chica sueña con escuchar. A mí me lo han dicho dos hombres en mi vida, al primero le eché de mi lado y al segundo no creo que le corresponda.
¿Qué puedo hacer? ¿Cómo me enfrento a esto? ¿Debería decirle a cada uno lo que siento? Supongo que sería lo justo, sobre todo hacia Ser, pero sólo de pensar el lío me echa para atrás. Sí, soy una cobarde. Pero de verdad que no creo que pudiera con algo así ahora mismo. No puedo enfrentarme a todo eso cuando estoy pasando la peor época de mi vida, la racha más triste, nunca me ha costado tanto levantar cabeza y por mucho que me digan que todo pasa y que llegará un momento en que veré las cosas de diferente manera, yo no lo siento así.
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