martes, 15 de enero de 2008

La extraña

Es muy raro todo lo que estoy sintiendo. Antes de terminar el primer trimestre, un día dije que estaba donde quería estar. No sé si me paré mucho a pensarlo. Creo que no.

La vuelta ha sido extraña y desconcertante. Me siento desubicada, como si perdiera el tiempo, como si nada tuviese sentido. Y no sólo en las clases. Es como si nada tuviese sentido. Quiero irme de casa pero no puedo irme sola. La única oportunidad sería plantearme hacerlo con Sergio. Pero no me apetece. ¿Dónde me lleva eso? ¿Es que nunca voy a tener ganas de vivir con él? De ser así, ¿a dónde me conduce esta relación?

Lo pasamos bien (normalmente), nos reímos, nos compenetramos...pero no sé qué más hay. A veces creo que hay algo pero no lo dejo salir y otras creo que no hay nada debajo de la superficie. Que nos divertimos juntos pero nada más. Al menos por mi parte, aunque creo que por la suya no es así.

Sigue faltándome la confianza en mí misma y en él y ni siquiera me apetece hablarlo para aclarar las cosas, para hacer desaparecer los fantasmas.

Últimamente me apetece estar más tiempo sola y no soy capaz de pedirlo porque no creo que lo entienda. Además, no sé en qué podría desembocar. Puede que le asustase sin motivo. O lo que es más grave, que le asustase con motivo. Supongo que tengo miedo de estar sola porque no sé estarlo. Ya se me ha olvidado después de tanto tiempo de idas y venidas.

A veces sólo tengo ganas de marcharme de aquí, de escapar, de estar sola de verdad. Dani no me necesita, ya no hago nada por él aquí. Está recuperado, en plena forma y me da la sensación muy a menudo de que le entorpezco más que enriquecerle de alguna manera. Me partiría el alma marcharme y dejarle atrás pero puede que sea lo mejor. Puede que si no me tiene cerca pueda empezar una vida que a mí no me duela. Y sobre todo, que yo no le haga daño a él. Eso es lo que más me importa.

No tengo ganas de seguir cuestionándome si lo que hago está bien o mal. Sólo quiero descansar. Ojalá pudiese marcharme y dejar todo atrás. Ojalá tuviera medios. Pero sobre todo, ojalá tuviera valor.

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