miércoles, 2 de enero de 2008

Idas y venidas

La vuelta a la convivencia con mi hermano parece estar siendo algo menos traumática, pero sólo en apariencia. Por dentro, me mata tener que volver a tenerle en casa, sin que eso signifique que no me preocupe que lo esté pasando mal. También lo pasaba yo mal hace un año y ni dios me hacía caso. Como nunca me lo han hecho. No sé por qué me extraña. Sólo era la que sacaba al perro, sólo soy la que recoge la casa cuando la mierda nos come...no soy nada para ellos y en realidad, no soy nada para nadie.

Si de algo me ha servido la ruptura de mi hermano es para recapacitar, más aún , sobre mis propias relaciones. Cada cierto tiempo me ocurre algo que me hace darme cuenta de que aún sigo sin cofiar en Sergio. Que sigue sentándome mal que quede por ahí porque muy en el fondo aún le doy cabida a la posibilidad de que me la esté pegando y no me entere. Porque sigo pensando que es capaz de hacerme daño otra vez. ¿Qué futuro puedo esperar de una relación así? ¿Hemos tenido futuro alguna vez o esto sólo era una vuelta a mi rutina de relaciones de menos de dos años de duración?

En todo este año me siento como si no hubiese avanzado ni nu paso y no puedo darle lo que él anhela. No puedo seguir su ritmo porque yo aún estoy estancada en el 2006, cuando todo estaba hecho un lío. yo sigo estando hecha un lío. Y para colmo, mi único punto de apoyo está definitivamente levantando el vuelo. No es que no me alegre. Claro, que me alegro, y me siento orgullosa. Pero a la vez me quedo sola aquí abajo, viendo como otra pájara acabará por hacerse con lo que siento como mío, aunque fui yo quien lo apartó de mi lado. Qué hija de puta y que egoísta soy. Supongo que como él dice hay que asumir cuanto antes la ausencia de las cosas que ya no tenemos. Pero a diferencia de él, tampoco puedo disfrutar de lo que sí tengo porque siento que no tengo nada.

No tengo ganas de ver pasar otro año, y otro, y otro. Me planto en el 2008.

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